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Comportamiento alimentario de las cerdas lactantes en condiciones de altas temperaturas

La alimentación de la cerda se divide en gestación y lactación, la primera más próxima al mantenimiento y la segunda a la producción.

La alimentación de la cerda se divide en dos fases claramente diferenciadas, gestación y lactación, la primera con necesidades más próximas al mantenimiento y la segunda a la producción. Durante la lactación la cerda suele tener un balance en nutrientes negativo, movilizando parte de sus reservas corporales para la producción de leche. Por tanto, hay que procurar el mayor consumo de nutrientes posible durante la lactación, con el fin de minimizar la pérdida de peso de la cerda, lo cual será beneficioso tanto para el crecimiento de la camada como para la productividad del siguiente ciclo reproductivo.

El consumo de la cerda se ve afectado por la interacción de diferentes factores, tanto nutricionales, como ligados al animal, manejo o sistema de producción.

Factores no nutricionales

• Base genética: el progreso genético de los últimos años ha tendido a cerdas más prolíficas, de mayor tamaño, más magras y con mayor capacidad de producción láctea. Por tanto, siendo las necesidades nutritivas mayores por el incremento de la productividad, el consumo voluntario durante la lactación aún será más crítico. Aparte de una variabilidad individual existen diferencias entre razas y líneas genéticas.

• A lo largo de la lactación aumenta el consumo voluntario en una forma típicamente exponencial, alcanzando el nivel máximo de meseta alrededor de la 2-3ª semana, coincidiendo bastante con el pico de producción láctea.

• El consumo aumenta con el número de parto (principalmente hasta el 3-4º parto), siendo claramente inferior para las primerizas.

• La producción de leche y el consumo de alimento suelen afectarse mutuamente. Por tanto una mayor producción de leche debida a la base genética, tamaño de la camada y peso al destete, puede incrementar el consumo voluntario de alimento.

• Condiciones ambientales de temperatura, humedad, ventilación, calidad del aire y fotoperiodo.

• Estado sanitario, de bienestar e interacción social del animal.

Factores relacionados con la nutrición

• Alimentación durante la gestación: es bien sabido que una engrasamiento excesivo al final de la gestación disminuirá el consumo durante la lactación. Sin embargo suministrar un mayor volumen de dietas fibrosas distiende el tracto digestivo, mejorando el consumo durante la lactación.

• Composición nutritiva de la dieta:
— Una concentración nutritiva alta puede facilitar mayores consumos de nutrientes.

— Hay que asegurar una relación proteína-energía suficiente: déficits de proteína pueden provocar mayores movilizaciones corporales y menor producción de leche.

— Fuente de energía (grasa vs almidón). La adición de grasa permite aumentar fácilmente la concentración energética, aumentar la palatabilidad y pude ser de interés en verano por generar menor calor metabólico en su digestión. El almidón aumenta los niveles plasmáticos de insulina y IGF-1, favoreciendo la maduración folicular y posterior tasa de ovulación.

— Usar materias primas digestibles, con ausencia de factores antinutritivos y palatables.

— Ciertas vitaminas, minerales o aditivos pueden mejorar el proceso digestivo, la fisiología y el estado de salud del animal.
• Forma de presentación del pienso (gránulo de buena calidad, harina grosera, sin presencia de finos), adición de grasa (mejora palatabilidad y reduce el polvo), ausencia de olores y sabores anómalos (enranciado, enmohecido, ácidos, etc).

• Forma de administración del pienso, manual o ad libitum, número de comidas al día, mezcla del pienso con agua, etc. Siendo determinante el buen hacer del granjero:
— capacidad para estimular y ajustar el consumo de pienso al apetito del animal,

— realizar un incremento progresivo en el suministro de pienso a lo largo de la lactación, pudiendo restringir su suministro los primeros días de lactación.
• Disponer de agua de calidad en abundancia.

Alimentación en épocas calurosas

Es bien conocida la disminución de la ingesta durante el verano debida a las altas temperaturas, siendo recomendable aplicar sistemas de refrigeración y/o ventilación que mejoren el confort térmico de la cerda, sobretodo en zonas especialmente calurosas.

En cerdas alimentadas ad libitum, por encima de la zona de termoneutralidad (22ºC aprox.), hay una reducción en el tamaño de las comidas, disminuyendo también el número de comidas con temperaturas ambientales muy elevada (27-30ºC).

En épocas calurosas generalmente existe una gran fluctuación de temperatura a lo largo del día, pudiendo ser de hasta 10ºC. En tales circunstancias la mayor parte del consumo voluntario se desplaza a la madrugada, cuando el ambiente es más fresco.

Conclusiones

Es de gran importancia potenciar al máximo la ingesta durante la lactación, ya que está afectada por múltiples factores, tanto nutricionales como relacionados con el animal, sistema de producción o el ambiente. Siendo, en último término, de especial relevancia el buen hacer del granjero.

En épocas calurosas se puede actuar, mejorando las condiciones ambientales (ventilación/refrigeración), nutricionalmente (palatabilidad y densidad nutritiva) o modificando el manejo (número y hora de las comidas).

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